Un enorme zafiro azul de 18 quilates, rodeado de 14 diamantes y montado en un anillo de oro blanco, valuado en medio millón de dólares y que Carlos de Gales le dio a Diana Spencer el día que se comprometieron en 1981.
La pieza se volvió popular nuevamente en 2010 cuando el hijo de Lady Di, Guillermo, se comprometió con Kate Middleton.
El príncipe decidió que la sortija que había usado su madre era la apropiada para pedirle matrimonio a su novia, ya que así se aseguraba que Diana estaría presente el día de la boda.